Shakira, esa mujer, se presentó el miércoles en el Palau Sant Jordi y lanzó un reto que pondrá en un aprieto a los principales partidos catalanes. Shakira llenó el Palau. Así, de golpe. Este errante estuvo en el concierto (cosas del oficio) y confiesa que vio algunos asientos vacíos. No muchos, hay que aceptarlo: lo llenó. Ese parece ser el desafío que asumen los políticos.
El PSC acudió anoche al Sant Jordi a celebrar su acto central de esta campaña y dijo que también llenó el Sant Jordi. Los compañeros de prensa del partido enviaron comunicados sobre el asunto apenas entrar en el recinto. Los socialistas atrajeron a unos 2.000 asistentes más que Shakira, subrayaron. Montilla, ese hombre.
CiU lo desmintió de inmediato: aseguró que el PSC envió al Palau autobuses venidos de fuera de Cataluña y aun así, haciendo trampa, pinchó. No estaba tan lleno. Los convergentes cerrarán hoy la campaña en el mismo recinto y la guerra de cifras está servida. Los compañeros de prensa de ese partido insistirán en que lo han llenado aún más. El reto de Shakira estimuló al PSC, pero se sabe que los desafíos de una mujer atractiva también espolean al aspirante a governor de la Generalitat. CiU también llenará el Palau. Entre unos y otros, el que aporte el número más alto ganará... ¿qué? Ni se sabe ni importa. Los partidos también se mosquean y se pican entre sí. Tienen su orgullo.
¿Alguien vio lo que consiguió Shakira? Cantó, bailó y no le importó hablar en catalán. Explicó que compuso una canción y dijo "compondre" en vez de composar, verbo que haría pinchar a más de un político. Luego se fue repartiendo besos y amor para todos, los de derechas y los de izquierdas, para nacionalistas de todos los bandos. Gritó "visca Cataluña!" y "¡viva Colombia!", y se desgañitó con el himno del Mundial que encumbró a España. Y todos salimos del Sant Jordi encantados de haber compartido algo parecido a un proyecto común. Pero en esto ya no quiere competir ningún partido.
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