2.12.2012

ShakiFan de la Semana: Isaura

Nombre: Isaura

Shakira entró a mi vida en el 2002, cuando empezaron a sonar sus canciones en Francia. En ese entonces tenia 15 años, estudiaba en el colegio y ya me encantaba la música, el baile y los idiomas. Me gustó bastante « Whenever Wherever », y me acuerdo que compré el sencillo. Unos meses después Shakira sacó “Underneath Your Clothes” y esta canción me fascinó totalmente. Compré el álbum “Laundry Service” y me encantó también. 

Así que cuando unos meses después escuché en la radio que Shakira iba a dar un concierto en Paris, logré convencer a mis papás que me dejaran ir. Recuerdo que el día del concierto, Bercy estaba llenísimo y que había mucha gente latina con banderas colombianas. El concierto estuvo espectacular, todo el mundo gritando y bailando y Shakira animándonos. Nunca había visto una cantante como ella, que tuviera tanto carisma y que se entregara tanto en el escenario. Salí de allá convertida en una fan total y lo primero que hice al día siguiente fue ir a comprar todos sus cds en español que me encantaron. Me aprendí toda la letra y eso me ayudó mucho para mejorar el idioma. 

En este mismo momento, descubrí las novelas de Gabriel García Márquez que también me fascinaron, y me enamoré del Caribe colombiano viendo fotos en el Internet. Me di cuenta que Shakira también era de allá lo que me pareció una coincidencia interesante. Y decidí que en cuanto tenga 18 años iba a viajar a Colombia para conocer la tierra de Shakira y de Gabo. 

Parte del sueño se hizo realidad en el 2005, cuando viajé por primera vez a Colombia acompañada de Fijación Oral, que había salido a la venta unos meses antes. Y en el 2006 pisé por primera vez suelo costeño, visité a Cartagena, la ciudad mas bonita que haya visto. 

Poco después de mi regreso a Francia, se empezó a hablar de la próxima gira de Shakira y anunciaron fecha para Paris. Conté los días, las horas y los minutos hasta que llegara el día del concierto…. y cuando por fin empezó el espectáculo me quedé muy decepcionada. El publico estuvo muy frio aquella noche, estaba en gradería y la gente no me dejaba levantarme para saltar o bailar, y a pesar de los esfuerzos de Shakira para animarlo, el publico se quedó sentado y calladito. Al salir de Bercy no me podía creer que había esperado tanto tiempo para eso. Me sentía muy decepcionada, necesitaba ir a otro concierto que sea tan bueno como el del 2003. Unos días después salieron nuevas fechas para España. No lo pensé dos veces, compré una entrada, un tiquete de avión, reservé una habitación de hotel y me fui a Granada. 

Llegué el mismo día del concierto, paseé por la ciudad toda la tarde y cuando cayo la noche me fui a la Plaza de Toros donde me esperaba un puesto excelente. Disfruté del concierto como nunca, bailé, grité, salté, canté y toda la gente hacia lo mismo que yo. Shakira se veía espectacular y yo me quedé súper feliz porque éste era el concierto que llevaba 4 años esperando. Regresé al hotel bailando por las calles con una gran sonrisa en la cara. Al día siguiente me pasó algo lindo. Estaba caminando por la ciudad buscando un almacén cuando vi a un grupo de gente esperando frente a un edificio. Me acerqué, vi que llevaban carteles con el nombre de Shakira y que el edificio frente al cual estaban esperando era un hotel. Me puse a esperar con ellos y poco tiempo después vimos salir del hotel a William y Nidia los padres de Shakira. Nos sonrieron y me acuerdo que eran elegantes y que me parecieron tan amables como su hija… que mientras tanto había salido del hotel por otra puerta así que todos nos fuimos. Creo que fue este día que me di cuenta que quizás un día pueda conocer a Shakira, que siempre me había parecido inaccesible. 

Pocos días después, realicé otro de mis sueños viajando a Barranquilla por primera vez. Bueno en realidad viajé a Cartagena y pasé 24 horas en Quilla para visitar a una amiga que se acababa de mudar allá. Mi objetivo en este viaje era claro: tomarme una foto con la estatua de Shakira. Mi amiga no es fan para nada y ni sabia que la estatua existía. Pero decidió acompañarme y nos fuimos las dos en uno de esos buses verdes con música a todo volumen. Nos demoramos muuucho en llegar y al final creo que las dos empezábamos a tener miedo porque no teníamos idea de a donde íbamos y donde teníamos que bajar. Terminamos llegando después de una hora de camino, el sitio estaba vacío y hay que decirlo feíto. Empezamos a darle la vuelta al estadio hasta que encontráramos la bendita estatua, mi amiga me tomó una foto y nos fuimos corriendo de allí. Menos mal tuve la oportunidad de volver allá y tomarme muchas fotos más. 

En julio del 2008, mi vida tomó un nuevo rumbo: conseguí un trabajo en Barranquilla y me fui allá para un año, cumpliendo así otro de mis sueños. Me mudé con una familia que resultó vivir a unas cuadras del edificio donde vivía Shakira en ese momento. Me emocioné mucho cuando me enteré y decidí hacerlo todo para conocerla allá en su casa. Pasaba por allá todos los días al regresar del trabajo, esperando su llegada. Pero no pasó nada hasta la inauguración del Colegio de la Fundación Pies Descalzos en febrero del 2009. 

Llevaba meses esperando esos días, estaba tan ansiosa y emocionada que ya ni podía dormir. Shakira llegó a Barranquilla el 3 de febrero, un día antes de la inauguración para dar una rueda de prensa en el colegio. No quería ir ya que había muchísima gente y decidí mejor esperarla por su casa. Llegué allá como a las 3 de la tarde y empecé a esperar sola frente a la puerta del edificio. Las horas pasaban, se cayó la noche y no venía nadie. Como a las 7:30 llegaron otros fans. Una hora después, vimos llegar una camioneta que entró al parqueadero. Se bajaron los papás de Shakira y nos sonrieron. Subieron al apartamento y la camioneta se fue otra vez. Pensábamos que iba a regresar en seguida con Shakira pero nos tocó esperar una hora más. Cuando por fin regresó la camioneta, estaba rodeada de policías así que no había ninguna duda sobre quién estaba llegando. En este momento, las otras personas que estaban esperando se enloquecieron, gritaron, y trataron de meterse en el parqueadero detrás de la camioneta. Yo seguía esperando por la puerta del edificio y vi salir a mucha gente: María Emma Mejía, Antonio de la Rúa y otros que no me acuerdo. En este momento no vi a Shakira y toda la gente se fue a esperar al ascensor de tal forma que ya no los veíamos desde afuera. Seguimos llamando “Shakira Shakira una foto por favor!” Y de repente vimos aparecer la carita de Shakira. Se veía muy cansada y sorprendida de ver que todavía había gente esperándola. Me impactaron en seguida sus grandes ojos negros. Nos miró y empezó a sonreírnos y a saludarnos de la mano. Y me imagino que llegó el ascensor porque Shakira se fue. Me quedé unos minutos tratando de realizar que la acababa de ver y me fui a mi casa, después de haber esperado siete horas para ver a Shakira cinco segundos. 

Al día siguiente Shakira inauguró el Colegio de la Fundación Pies Descalzos en La Playa. Por suerte, había conseguido una invitación y estaba muy ansiosa de estar allá. Recuerdo que fuimos al colegio en bus y que al llegar al Corregimiento de La Playa parecía que todo el barrio estuviera allá esperando a Shakira y queriendo agradecerla. La gente gritaba cada vez que llegaba un bus o un carro, se habían subido en las azoteas, en las paredes y en todo lo que habían podido para ver mejor. Entré al colegio que me pareció hermoso y llegué al Coliseo donde iba a ser la inauguración. Me senté y esperamos un buen rato que empezara el acto de inauguración. Por fin llegó Shakira, acompañada del presidente de Colombia de la época, Álvaro Uribe. Escuchamos el himno de Colombia y el de Barranquilla, que Shakira cantó con mucha pasión. Luego el Presidente le entregó una condecoración y empezaron los discursos. El de Shakira fue muy especial, se notaba lo emocionada y lo feliz que se sentía y yo me sentía privilegiada de poder estar a su lado y acompañarla en un momento tan especial. Luego habló el Presidente de Colombia. Shakira se veía mas relajada después de su discurso y saludaba a la gente que estaba en las primeras filas, seguramente eran familiares y amigos de ella. En un momento vi que estaba mirando hacia mi y le hice una enorme sonrisa que reflejaba toda la felicidad que sentía de estar allá. Y Shakira me contestó, me hizo una seña con los ojos y me contestó sonriéndome. Sentí que me iba a paralizar y por eso desde ese entonces digo que Shakira tiene una mirada que mata. Dejé de mirarla porque si cruzaba esta mirada otra vez estallaba en llanto y digamos que no era el lugar ni el momento adecuado para eso. 

Al final de la inauguración, se fue el Presidente y empezó el desorden. Todo el mundo se acercó a la tarima, unas personas lograron subirse y como el servicio de seguridad no hizo nada, todo el mundo se subió y trató de acercarse a Shakira para tomarse una foto con ella. Me encontraba en medio de la muchedumbre y en un momento logré coger a Shakira por la muñeca pero estaba hablando con otra persona y no me hizo caso. Luego se fue a abrazar muy emocionada a una anciana y les tomé una linda foto. Y después el servicio de seguridad se despertó y empezó a sacar a todo el mundo. Salimos y escuchamos música de carnaval. Una orquesta típica estaba tocando música de carnaval, Shakira se había puesto un sombrero vueltiao y estaba bailando. Me acerqué y la vi abrazar a Antonio que estaba frente a mí. No tengo las palabras para describir la alegría y la luz que reflejaba su cara. Fue la última imagen que tuve de Shakira este día. Luego se fue en su camioneta y yo a mi casa con estrellas en los ojos. 

Al día siguiente Shakira se fue de Barranquilla sin que haya tenido la oportunidad de conocerla. Intenté una ultima vez esperarla pero me fui justo unos minutos antes de que saliera… Y en la noche ya se había ido… Después de estos días de locura, todo volvió a la normalidad. Seguía pasando por el edificio donde ella vivía todos los días, con la espera de que volviera antes de que yo regresara a Francia para que pueda conocerla. Pero no regresaba y yo me sentía triste de no haber logrado conocerla en febrero. Poco a poco se me levantó el ánimo y aparecieron en mi camino unos angelitos que me apoyaron siempre y que me enseñaron que había que seguir adelante y nunca perder la esperanza. 

El año pasó volando y a finales de julio, diez días antes de viajar a Francia, me enteré que Shakira estaba allí. Muchos fans estaban esperándola en su hotel y ella se tomaba fotos con ellos. Otra vez, ella estaba en mi ciudad y yo en la suya lo que me hizo reír. Los días pasaban y seguían apareciendo fotos en París. Y yo estaba ya a punto de viajar. Uno de mis angelitos me confirmó que Shakira iba a estar allá a mi llegada. Me emocioné muchísimo y quise regalarle algo. Me senté y pensé “Estoy en Barranquilla en su ciudad, qué puedo traerle a Shakira que nunca encontrará en Paris?” La verdad no tuve que pensarlo mucho porque una palabra me vino casi en seguida a la mente “COROZOS”. Esta fruta que Shakira adora pero que no se puede conseguir en Francia, ni siquiera en la mejor tienda colombiana. El problema era que está totalmente prohibido traer frutas en las maletas. Decidí tomar el riesgo y empaqué una bolsa llena de corozos. Inútil decir que nunca tuve tanto miedo al pasar los controles de seguridad, no quería que me quitaran mis corozos y Dios estaba conmigo porque por algún milagro no me revisaron la maleta ese día. El viaje a París nunca me había parecido tan largo y no dejaba de pensar. Me encontré con mi mamá en el aeropuerto y fuimos directo al hotel donde se estaba hospedando Shakira. Esperamos allá pero Shakira no apareció. Regresé a mi casa muy decepcionada, ya no sabia que hacer. Dormí unas horas y a la mañana siguiente hablé con uno de mis angelitos que me levantó el ánimo así que regresé al hotel con mi mamá y mi bolsa de corozos. 

Entramos en el hall donde hay unos vidrios gigantescos a través de los cuales se ve el patio donde hay mesas para almorzar. Me paré frente a los vidrios y cogí la mano de mi mamá diciéndole “Mami, mira quien está almorzando”. Era Shakira. Sola con Antonio en una mesa. No me lo podía creer. Con el permiso de la gente del hotel, me acerqué temblando a la mesa y dije “Hola Shakira, discúlpame la molestia, acabo de llegar de Barranquilla y te traje un regalo”. Entregué la bolsa de corozos a Shakira que se veía sorprendida, la abrió y dijo “Aaaaaa corozos no me lo puedo creer”. Me abrazó y empecé a hablar como loca. No me acuerdo las tonterías que dije hasta que me paré y le pregunté si podíamos tomarnos una foto. Me dijo que en un ratito y mientras cogía mis cosas para irme a esperar, Shakira me miró a los ojos y me dijo: “Y tu eres Isaure verdad?” Casi me dio un infarto y lo único que pude contestar fue “Cómo me conoces? Cómo conoces mi nombre?” Pero Shakira no me contestó sino con una sonrisa misteriosa. Pasé dos horas tratando de entender lo que estaba pasando hasta que Shakira volvió para que nos tomemos nuestra foto. Le enseñé unas cosas que traía conmigo y le regalé una foto que había tomado en la inauguración del colegio en Barranquilla. Ella me agradeció y me dijo que hablaba español como una barranquillera lo que me hizo muy feliz. Después mi mama se acercó y le dijo en inglés: “Le ha hecho el día a mi hija, ha esperado mucho tiempo para conocerla”. Y Shakira le contestó “Y ella ha hecho el mio con sus corozos”. No podía creer lo que me estaba pasando. Después nos despedimos y Shakira se fue, dejándome en una nube de la cual no me quería bajar. Después de mucho tiempo y numerosas desilusiones ya lo había logrado, había conocido y abrazado a Shakira y me había tomado una hermosa foto con ella. Unos días después, Shakira publicó en su Twitter que le habían traído corozos hasta Francia. No me lo podía creer y me sentía la mas feliz del mundo. 

Dos meses después Shakira regresó a Paris para promocionar el álbum She Wolf. Cantó en un programa de televisión y tuve la suerte de estar en el público viendo su presentación. 

En febrero del 2010 tuve otra oportunidad de conocer a Shakira, en el día de su cumpleaños. No tenia ni idea que ella estaba en Paris ese día pero uno de mis angelitos me avisó. Salí corriendo de mi casa, compré unos dulces franceses que le encantan y llegué al mismo hotel donde la había conocido la vez pasada. Ni se me ocurrió que podía estar en otro sitio. Esperé muchas horas otra vez, con frio y lluvia, y terminé hablando con los porteros del hotel de al lado. Y de repente vi salir a dos personas: un hombre alto y una mujer rubia y pequeña. Shakira y Antonio!! Caminé rápido detrás de ellos, los llamé pero se subieron a un carro parqueado frente al hotel. El chofer del carro empezó a bajarse para recuperar mi regalo pero en este momento sentí que algo me estaba hallando por la bufanda. Era Shakira que había abierto la ventanilla del carro y me estaba saludando. Me arrodillé en la calle y la felicité para su cumpleaños. Me agradeció, le di su regalo y salió por la ventanilla para abrazarme. No tomamos fotos este día y no tenia la foto que quiero que ella me firme algún día. Y como me hablaba desde el carro casi no la podía ver. Entonces el único recuerdo que tengo de esta noche es la voz de Shakira agradeciéndome por haberme acordado de su cumple y diciéndome que le habían encantado los corozos. Fue un encuentro muy diferente al otro pero muy lindo también! 

Después de casi 10 años apoyando a Shakira, puedo decir que ella ocupa un lugar muy especial en mi vida. Su música me ha acompañado a lo largo de los años, en los mejores momentos como en los peores. Gracias a ella conocí a grandes amigos, que viven en el mundo entero y que he podido conocer a lo largo de mis viajes y a personas muy especiales que me han regalado grandes alegrías. Pero sobre todo Shakira me enseñó que en la vida nada es imposible, que si tenemos un objetivo hay que luchar por él hasta conseguirlo a pesar de los obstáculos ya que lo que se puede lograr va aun mas allá que nuestras expectativas. Y cuando menos lo pensamos, Sale el Sol!

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