Interminable de alto, de rasgos todavía aniñados, simpático, acogedor, un puntito vacilón y con una tremenda habilidad para despejar preguntas como si fueran balones. Gerard Piqué, defensa del Barça, novio de Shakira, modelo excepcional de H.E. by Mango, es así; una estrella global de 25 años que lucha por seguir siendo el de siempre.
- Le advierto que soy de Bilbao. ¿Tiene algo que objetar?
- Qué va. De Bilbao me gusta la lluvia, la comida y la gente.
- ¿Si el Athletic gana la Copa se pondrá una txapela?
- Si nos ganan no creo que esté para eso. Pero si ganamos nosotros, sí; me pongo una txapela encantado.
- ¿Se siente cómodo posando como modelo?
- Me siento más cómodo en el campo. Pero a veces me toca hacer este papel y al final disfruto.
- ¿Y si Mango insiste en vestirle de blanco?
- En este terreno, si quieren vestirme de blanco me dejo.
- Dicen que el trabajo imprime carácter. Como buen defensa, ¿está siempre a la defensiva?
- Cada vez lo estoy más, la verdad. Las circunstancias te hacen ser así. Pero es bueno ser prudente. La edad también ayuda. De joven era más desenfrenado.
- ¡Pero si acaba de hacer 25! ¿O piensa como Julio Iglesias que un hombre tiene la edad de su pareja? (Shakira tiene 35).
- No creo que sea así. Uno se adapta al otro y viceversa. Al final convives con una persona con la que estás a gusto, que la quieres, que pasas buenos momentos con ella... Y llega un punto en el que la edad no tiene importancia.
- Recibe clases de profesores de Esade. ¿Va para empresario?
- Lo hago porque tengo inquietudes y para huir de ciertas cosas. Como futbolista, cuando acaba tu carrera a los 30 años debes saber dónde poner tu dinero.
- Del Barça a Esade... Así empezó Urdangarin.
- Ni le conozco ni soy la persona adecuada para pronunciarme. Veremos qué sale de todo esto.
- Oiga, ¿tanto 'waka-waka' no le estará robando energía?
- No, je, je, no me quita fuerza. Al contrario, me la está dando. Me siento muy cómodo en mi situación personal y en la profesional también. Hay mucha gente que opina sobre mi persona. Y a veces esto me ha cabreado, pero quién no se cabrea. Cada vez lo vivo con más naturalidad.
- ¿Entiende la pataleta de Arantxa Sánchez Vicario?
- Son situaciones muy complicadas que las tienes que vivir para llegar a entenderlo. A ella no la conozco.
- Usted adora a sus padres y algo así sería impensable...
- Vamos, ahora mismo es imposible. Además, soy demasiado joven para escribir unas memorias.
- Imagínese a Mourinho como mister. ¿Le entra un sudor frío?
- No, no. Es una opción que puede ocurrir, claro que sí. El mundo del fútbol da muchas vueltas. Al final somos profesionales de esto y si me toca lo aceptaría totalmente.
- No le voy a preguntar por su boda.
- Está usted invitada.
- Gracias. Y, por cierto, ¿en el banquete habrá merengue?
- No sé, ja, ja... Queda mucho aún. La boda por ahora ni se plantea y lo del merengue lo decidirá la novia.
- ¿Cómo le cayó eso de Piqué y su piquetón?
- Bueno, es lo que hay (risas).
- ¿Lo que hay?
- Sí, sin más. Me pareció divertido. Cuando lo vi me reí.
- A Shakira le muerde un león marino, usted sufre un accidente de coche... ¿Cree en el mal de ojo?
- No. Fue pura coincidencia y nada grave, ni una cosa ni la otra. No hace falta exagerar. Shakira está ya perfectamente.
- ¿Cuál fue la última vez que bailó usted el 'waka-waka'?
- El día que tuve que hacer el videoclip. Fue la primera y la única. A mí bailar no se me da bien. Eso lo dejo para ella.
- Por cierto, ¿qué ha sido del de la camisa a cuadros?
- Sigue siendo muy amigo mío. Pero la fama se le vino encima y estuvo un poco traumatizado. Se dio cuenta de lo que tengo que vivir yo muchas veces.
- ¿La fama es más difícil de controlar y parar que un balón?
- Totalmente. La fama muchas veces es imparable.