Al finalizar el extraordinario concierto que dio en Madrid, Shakira no voló a Barcelona para encontrase con su novio como hace cada vez que actúa en Europa. En esta ocasión su “sol” se encontraba en Boston jugando el partido amistoso con la selección y ella, para alejar la nostalgia, se fue a cenar a Don Giovvani.
Llegó al restaurante a la una de la madrugada acompañada de Maite, su amiga y coreógrafa, y de Aito de la Rúa, hermano de su exnovio y representante, con el que mantiene una amistad profunda.
Previamente había telefoneado a su amigo y dueño del local Andrea Tumbarello que estuvo encantado de recibir a la tropa aunque tuviera que abrir de nuevo la cocina que se cierra a medianoche.
A Shakira, en cambio, le encanta la carta entera y como además no tiene problemas con las calorías come más de dos y de tres y hasta cuatro platos dependiendo de la ocasión.
Tras el concierto tenía que reponer fuerzas y no se cortó a la hora de pedir y, además, solo compartió la ensalada de rúcula. Ella solita se zampó carpaccio de boletus, berenjenas al parmesano, huevos con trufa y escalopines al Marsala. De postre el espléndido tiramisú de Tumbarelli.
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