En entrevista con El Espectador, la cantante colombiana aseguró que aunque es perfeccionista le gusta salirse del libreto para sorprender al público.
Shakira es una mujer de cifras. Su reciente gira Sale el sol logró recaudar más de 100 millones de dólares, un número superior a los 70 millones de copias vendidas en el mundo la ha acompañado hasta hoy, y ayer llegó a los 15 millones de seguidores en la red social Twitter. Pero también demuestra que es amante de la palabra y que sus letras, que se difunden por el planeta con la misma facilidad con la que ella consigue sus registros altos, son su más grande tesoro.
Le solicitamos a Shakira que nos diera cinco proyecciones musicales para el futuro, con motivo del especial de los 125 años de El Espectador, y no sólo nos dio cinco ideas sino que fue mucho más allá, como suele hacerlo.
Su más reciente gira mundial, ‘Sale el sol’, se caracterizó por un despliegue tecnológico impresionante y por tener todo milimétricamente cronometrado. ¿Hay espacio para la improvisación en sus conciertos?
Como buena perfeccionista me gusta que cada detalle esté cuidado, pero siempre hay espacio para la improvisación, ya que al ser un show en vivo hay momentos únicos que invitan a salirse del libreto. A veces es el público, otras veces son las condiciones climáticas, o alguna situación particular del momento o del lugar, provocan cambios sobre el escenario, pero generalmente me gusta ofrecer un espectáculo vivaz, espontáneo, aunque también ordenado.
Acaba de participar en la celebración de los 80 años de la BBC. ¿Cómo fue esa experiencia?
Fue muy interesante. Y que me hayan invitado para expresar mis opiniones y representar a mi país frente a semejante monstruo de las comunicaciones en una ocasión tan especial, fue realmente un honor para mí.
La española Bebe asegura que los discos son capítulos de la vida y las canciones, subcapítulos... ¿Funciona igual para usted?
Las canciones marcan momentos y se convierten en una referencia para todos de una manera u otra. Mi música ha sido la banda de sonido de mi propia vida y aún hay mucho por venir.
Usted es productora también. ¿De qué manera el conocimiento del mercado y la identificación de lo que puede llegar a ser un éxito comienzan a guiar la composición? ¿O para usted son dos actividades separadas?
La composición no está guiada por nada más que por mi propia inspiración. Cuando surge una letra o una melodía, simplemente las trabajo para sacar lo que me parece mejor en ese momento. Mi trabajo como productora es la continuación del proceso anterior, pero no está supeditado a lo que hay o lo que suena detrás de la puerta del estudio.
En ‘Gitana’ usted dice que es “quien elige cómo equivocarse”. ¿Cómo le saca provecho a las equivocaciones?
El mejor provecho que les puedo sacar es aprender de ellas y hacer un gran esfuerzo para no repetirlas. No es que siempre se logre, pero nuestra naturaleza nos hace repetir nuestros errores una y otra vez hasta que aprendemos.
Como letrista o como cantautora, ¿qué es prioritario: la historia, un buen comienzo, el coro o la métrica?
Lo clave es una comunión entre todos esos elementos. Esas partes son como un cuerpo: las necesitas a todas en igual medida para que funcione.
Se ha movido entre algunas canciones del pop, otras piezas rockeras y otras más cercanas a sonoridades denominadas ‘world music’. ¿Cuál es la frontera entre el pop y el rock?
No hay fronteras. Los estilos se fusionan y conviven entre ellos. A mí me encanta probar nuevos sonidos, experimentar con distintos estilos musicales y disfrutar tanto haciéndolos como escuchándolos de otros artistas. Desde el rock y el pop, pasando por la música árabe, la salsa, la música andina, música techno, disco, etc.
¿Qué pasó con las canciones que no clasificaron en el repertorio final de sus discos ‘Fijación Oral’, ‘Loba’ y ‘Sale el sol’?
Las canciones que no entran en un álbum quedan archivadas. Creo que algún día tendré que sentarme pacientemente a escucharlas, y quién no te dice que saque un álbum sólo con ellas.
¿Cuántas armónicas tiene y cómo llegó a sus manos la más especial de ellas?
Tengo varias armónicas. La primera que tuve fue una Honner que aún conservo.
De los músicos colombianos que ya no están en este mundo, ¿cuál es el que usted más extraña?
La reciente pérdida del Joe Arroyo fue un golpe bajo para la música de nuestro país; pero ha dejado un legado artístico increíble que seguiremos disfrutando siempre.
¿Qué canción en español, de las que no han sido escritas por usted, le hubiera gustado componer?
Sin duda, En Barranquilla me quedo, de Joe Arroyo.
En la actualidad, ¿qué le dice el espejo?
El espejo me dice que este será un año lleno de satisfacciones, de alegría, de buenos momentos y de buena música.
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